divendres, 27 de gener del 2012

El contubernio de la medicalización

Os dejo un extracto del artículo de Leonor Taboada titulado El contubernio de la medicalización al desnudo. Tras analizar detalladamente casos y proveer una lúcida visión de la medicina actual, se centra en la medicalización de la mujer. A la mujer nos duelen las reglas y los partos porque nuestro úteros son productos de una sociedad patriarcal con una fuerte represión sexual y vital de la mujer. El artículo completo (altamente recomendable) lo podéis leer en:
http://mys.matriz.net/mys15/15_27.htm
Recomiendo a todas que os paséis por la revista Mujer y Salud. Es un buen sitio en el que asesorarse. 

(...)
Ser mujer, una patología (y un gran mercado)
Las mujeres somos el mercado esencial para los beneficiarios de esta industria extendida en cadena: un campo fértil que han abonado con fruicción durante décadas, prometiéndonos panaceas farmacológicas, convenciéndonos de que nuestros procesos fisiológicos son patológicos y requieren asistencia y control médico y de nuestra incompetencia para gestionar nuestra salud sin la estrecha tutela de un vigilante.Nuestros misteriosos y poderosos úteros y su control, incluido el de los embriones, son motivo de fascinación y fantasías a lo largo del tiempo (histeria viene de útero).
Han conseguido su objetivo: actualmente, ser mujer es ya sinónimo de patología, de enfermedad, de desajuste, incluso en nuestras propias mentes. Ya hay una definición de enfermedad y un remedio para cada momento y avatar de la vida. Sin embargo, después de años de predicar en el desierto, las mujeres del movimiento internacional de salud estamos en el mejor momento: los escándalos destapados en los últimos tiempos- como los resultados del Estudio del Women´s Health Initiative sobre los efectos perversos de los tratamientos hormonales para la menopausia y la retirada del Vioxx, entre otros, han puesto por fin los ojos del mundo en esta particular corrupción del sistema médico.
Nos Medicalizan el cuerpo...
Se medica la menstruación, por "obsoleta y perjudicial", tal y como la definen ahora, y factor de "síndrome premenstrual" (adolescentes medicadas con la fórmula de Prozac ocultada bajo otro nombre); se medica el parto, en nombre de la seguridad (programado, inducido, rasurado, episiotomizado y quirúrgico); se define como "sexualidad enfermiza" la no disponibilidad permanente (disfunción sexual femenina, la llaman); y el círculo se cierra con la definición del cese de la menstruación como enfermedad de "deficiencia de estrógenos" que dura hasta la muerte (menopausia y postmenopausia), lo que les ha permitido medicalizar a millones de mujeres durante años en nombre de la prevención y la juventud causándoles graves enfermedades e incluso la muerte a miles de ellas.
y la mente...
También nos medican por tener mentes de mujeres, tal y como nos ven los ojos estereotipados de la medicina androcéntrica. Las mujeres consumimos el doble de tranquilizantes y el triple de ansiolíticos. Ya se sabe: "los nervios" nos traicionan. No entendiéndose la salud como integral, y no teniéndose en cuenta el factor género en salud, las quejas y malestares de las mujeres se suelen encasillar en grandes cajones de sastre donde tanto da una rota por la violencia en casa como una descosida por estar en el paro o una exhausta por la doble carga, que una viuda pobre o desahuciada. Para todas ellas, psicotrópicos, en primer lugar. El consumo de antidepresivos en España aumentó, entre 1995 y 2002, un 56%. (de 7,2 millones a 21 millones de frascos).
El consumo de ansiolíticos ha aumentado un 90% en los últimos años, sobre todo para el tratamiento del insomnio y la ansiedad. Se utilizan benzodiazepinas de vida intermedia que actúan en el sistema nervioso central con riesgo de adicción y dependencia psicológica: si se dejan de ingerir, pueden reaparecer los síntomas.
Aunque hay muchos tratamientos no farmacológicos para superar el insomnio y la ansiedad, estos ni llegan a ofrecerse como alternativas, ni está la Seguridad Social organizada para derivar recursos de los que hoy se dedican a los fármacos a terapias alternativas y a la promoción de la prevención en salud.
Según la Agencia Española del Medicamento (AEM), entre las razones que podrían explicar este incremento pueden destacarse "las grandes diferencias entre los criterios de prescripción facultativa, la "medicalización" del sufrimiento humano y de los problemas sociales y una exagerada y agresiva promoción de la industria".
Otro factor que nos hace diana de la industria es ser más longevas que los varones y que solemos arrastrar durante años dolorosas enfermedades crónicas cuyas causas no se estudian. Y otro factor que tienen en cuenta es nuestro papel social de cuidadoras, responsables de la compra y toma de medicamentos del resto de la familia. (...)
 

Los cuatro grandes mitos de la dilatación en el parto

Me encuentro con esta joya en el blog de bebé a go-go . En este post, que traduce un artículo en inglés, se explica bastante bien cómo es un útero y el trabajo que hace durante el parto. Como si de una espiral se tratase, al final del post, la autora, remite a este blog que ahora la enlaza a ella. Espero que os guste!



Los cuatro grandes mitos de la dilatación en el parto

Lo que no sabes sobre el cuello del útero puede arruinarte el parto.

Traducción de Marina Romanos para el blog de bebé a go-go del artículo original publicado en birthologie.com

¿Qué es?  ¿Dónde está?

La mayoría de las mujeres no tienen ni idea de qué es el cuello del útero (cérvix), dónde está, su función o tan siquiera su apariencia. El cérvix está aquí:
Y así es como se ve desde abajo, parecido a un glande:

La primera vez que oí sobre anatomía reproductiva básica estaba embarazada de mi primer hijo, y lo único que realmente aprendí sobre el cérvix es que está en la parte inferior de mi útero (me lo imaginaba como la apertura de un globo y mi útero era el globo que se iba a expander), y que se tenía que dilatar de 0 a 10 centímetros en el parto. También tenía que hacerse menos espeso (borrarse) y pasar de una consistencia parecida a la punta de mi nariz a la de la capa de piel que hay entre los dedos índice y pulgar, como derritiéndose. Y que durante el parto era necesario que comprobaran regularmente el cuello uterino para comprobar que la dilatación progresaba.
Pero eso fue todo. Fue en mi formación como educadora prenatal y doula cuando descubrí más cosas sobre el cérvix. Cosas que cambiaron para siempre mi enfoque  del acompañamiento a mujeres durante el parto.

Mito sobre el cérvix número 1 : 10 es el número mágico.

No, no lo es. ¿Sabías que se puede dilatar más de 10 centímetros? ¿Qué?  ¿Ahora todas tenemos que dilatar tanto? Suena espeluznante! Es espeluznante ¿verdad?
En realidad no. Al menos no más espeluznante que dilatar hasta 10. Dilaté bastante más de 10 centímetros en mi último parto, y la cabeza de mi bebé midió 14,75 cm.  Eso es, dilaté hasta casi los 15 cm. Y además sobreviví. Y además no me dolió más que en mis otros partos en los que dilaté sólo 10. Así que, sólo porque estés dilatada de 10 centímetros no significa necesariamente que estés preparada para empujar. Si no sientes el impulso de empujar a los 10 cm y se te ordena que lo hagas, forzarás el cérvix a abrirse “en contra de su voluntad” y resultará dañado. Si tienes una epidural previa y no sientes este impulso, el riesgo de daños es todavía mayor.

Mito sobre el cérvix número 2. El cuello del útero dilata en una forma perfecta de círculo.

El cuello uterino no dilata como un círculo como se dibuja en las imágenes que enseñan la dilatación. En realidad se abre como la elipse dibujada más abajo.

Source: MidwifeThinking.com
“Se abre desde atrás hacia delante como una elipse. La apertura se encuentra enclavada en la parte trasera de la vagina y durante el inicio de la dilatación se abre hacia delante. En algún punto del proceso casi todas las mujeres tienen un reborde anterior (que significa que la parte superior del cérvix no está totalmente dilatado) porque es la última parte que sube sobre la cabeza del bebé. Que este reborde se detecte o no depende de si se realiza o cuando se realice un tacto vaginal. Un borde posterior es muy extraño porque esa parte del cérvix desaparece antes, o porque es difícil alcanzarla con los dedos.

Mito sobre el cérvix número 3. Los tactos vaginales no dañan el cérvix ni dificultan la dilatación.

La matrona Carla Hartley en Ancient Art Midwifery lo explica así:
“El cérvix no debería ser tocado, se produce una respuesta inflamatoria al material extraño (los guantes) y a la presión, y una respuesta hormonal. Al cuerpo puede resultarle confuso que, mientras intenta vaciar el útero, se de una interferencia desde el cuello del útero al ser tocado y manipulado de una manera extraña para él. LOS TACTOS VAGINALES NO SON FISIOLÓGICOS Y SUPONEN UNA INTERRUPCIÓN AL PROCESO NATURAL DEL PARTO.
Y sobre pujar… NO LO HAGAS… tu cuerpo sabe como expulsar un bebé sin tu ayuda, es un reflejo. Ni siquiera esperes tener ganas, sólo espera una sensación de tu cuerpo tomando el control absolutamente, sacando al bebé como está DISEÑADO para hacer.
Habló mucho sobre el abuso verbal y digital en el parto, y los tactos vaginales son un ejemplo de abuso digital.
Las matronas (y los obstetras y enfermeras) que piensan que los tactos vaginales son buenos o necesarios no tienen la formación suficiente o no están actualizados con los conocimientos científicos que prueban que el parto es más seguro si se deja tranquilo sin intervenir. La manera más segura de actuar una matrona es con las manos fuera y la boca cerrada.”

Mito sobre el cérvis número 4. Tu cuello uterino es diferente y está aislado de otras partes del cuerpo.

Ina May Gaskin, la madre de la matronería moderna ha acuñado un término llamado “la ley del esfínter”. Esta ley declara:
Los esfínteres (incluyendo el anal, cervical y vaginal) son los responsables de traer a tu bebé al mundo. Si los esfínteres están apretados, el parto no progresará y habrá más dolor.
¿Qué es exáctamente la ley del esfínter de Ina May?
1.  El esfínter anal, el cervical (el cuello del útero) y el vaginal funcionan mejor en una atmósfera de intimidad y privacidad. Por ejemplo, un baño con pestillo o un dormitorio donde las interrupciones son improbables o imposibles.
2.  Estos esfínteres no se pueden abrir a la fuerza ni responden bien a órdenes de pujar o relajar.
3.  Cuando el esfínter está en proceso de apertura, se puede cerrar repentinamente si la persona se enfada, asusta, es humillada o consciente de sí misma. ¿Por qué? Los niveles altos de adrenalina en el torrente sanguíneo no favorecen (y muchas veces impiden) la apertura de esfínteres. Estos factores inhibidores son una razón importante por la cual las mujeres en las sociedades tradicionales normalmente escogen otras mujeres, excepto en circunstancias extraordinarias, para acuompañarlas y atenderlas durante la dilatación y el parto.
4. El estado de relajación de la boca y la mandíbula está directamente relacionado a la habilidad del cérvix, la vagina y el ano para abrirse completamente.
Insisto, y en otras palabras:
Boca abierta = Cérvix abierto
Garganta abierta = Vagina abierta
Es casi imposible parir con eficacia con los labios apretados y la garganta cerrada. Puedes intentarlo ahora mismo… cuando relajas la mandíbula, abres la boca y la garganta, las nalgas se relajan automáticamente y te undes en la silla. Ina May habla de los beneficios de los besos, y de mantener la boca y los labios sueltos y abiertos. Besar también provoca la segregación de oxitocina y otras hormonas del amor que elevan la tolerancia al dolor y aceleran el parto.
Aquí hay un vídeo de Ina May Gaskin hablando de la ley del esfínter (en inglés)


Un vídeo donde se puede ver un cuello de útero sano:


Para aprender más sobre vuestro cuello del útero y cómo relajarlo, os recomiendo encarecidamente que visitéis el blog estudios sobre el útero.
 

El carácter neurótico

Ando estos días leyendo un libro curioso. Se titula "El carácter neurótico". El autor A. Adler es un psiquiatra que a principios del siglo XX (año 1902)  ingresó en las filas del psicoanálisis a las órdenes de Freud, del cual posteriormente se distanció al considerar la teoría sexual (así como los complejos de Edipo y Electra) un sinsentido. Su obra puede leerse con una media sonrisa en general (y algunos sobresaltos), ya que la psicología de la época muestra algunos asuntos "turbios". Conceptos como homosexualidad, masturbación o la simple zurdera son considerados manifestaciones neuróticas. Además su concepto del cuidado y necesidades de los niños... bajo la luz de los conocimientos neurocientíficos de hoy día son inequívocamente erróneos. En fin, es imposible que el "psicólogo" - por más pose científica que desee imponer a su trabajo - se abstraiga de la realidad de la sociedad (económica, política y moral) en la que se desarrolla. 
Sin embargo, hay un punto de inicio en su trabajo que me resulta cuanto menos curioso. El origen de la neurosis, para él, es el sentimiento de inferioridad que tiene un niño al relacionarse con los adultos (amplificado en casos de enfermedades físicas). Y dado que el niño sabe que hay una preeminencia del varón sobre la mujer; el niño crea su neurosis (y un complejo de superioridad) en su afán de equilibrar su relación con el padre. Toda su vida será el resultado de esa especie de línea directriz que le impele a equipararse al padre... 

No sé a vosotras a mi me da qué pensar...

Y para las niñas (que no podrán ser nunca el padre) y, que además de pequeñas son mujeres, doble ración de inferioridad que tratan de solventar (según él) con una neurosis que llama "protesta viril".  Os dejo aquí un extracto de otro libro suyo titulado "El sentido de la vida".



"El temor a tener hijos puede obedecer, desde luego, a motivos completamente egoístas que, sea la que fuere su forma de manifestación, se deben, en último análisis, sin excepción, a una escasez del sentimiento de comunidad. Ocurre esto cuando, por ejemplo, una muchacha a quien su madre mimó, no se propone en el matrimonio sino continuar el papel de niña mimada, o si, preocupada por su aspecto exterior, teme y exagera la deformación que implica el embarazo y el parto, o si quiere quedarse sin rivales y también, a veces, si contrae matrimonio sin amor. En numerosos casos, la protesta viril desempeña un papel funesto en las funciones femeninas y en la repugnancia al embarazo. Tal actitud de protesta de la mujer contra su papel sexual, fenómeno que fuimos los primeros en describir bajo el nombre de protesta viril, da lugar muy a menudo a perturbaciones de la menstruación y de otras funciones de la esfera sexual, y siempre proviene de la falta de satisfacción en cumplir el papel de su propio sexo, papel que ya la familia consideró como inferior desde el nacimiento de la niña. Este error se encuentra extraordinariamente fomentado por la imperfección de nuestra civilización, que, secreta o abiertamente, intenta asignar a la mujer una categoría inferior. De esta manera, también la primera aparición de la menstruación puede conducir en algunos casos a toda clase de trastornos, que no son sino una defensa psíquica de la muchacha y revelan, al mismo tiempo, una preparación defectuosa a la cooperación. La protesta viril, que puede manifestarse bajo múltiples formas, debe ser comprendida, pues, como un complejo de superioridad edificado sobre los cimientos de un complejo de inferioridad y que se podría expresar con la fórmula: Tan sólo una niña."

Dejemos de disimular

La Humanidad no puede permitirse que las mujeres desaprovechen su talento y poder. Cada día observo cómo las mujeres hacemos como que no sabemos. Seguimos siendo niñas pequeñas asustadas o adolescentes enfadadas. Incluso nos parece que no tenemos la edad mental que nuestro carnet de identidad expresa. Seguimos siendo inseguras, rebeldes, sumisas... El poder de la mujer es inmenso: da vida, nutre, protege, sostiene, abraza, acaricia, crea, percibe, intuye, acepta, sana, ilumina... Ama.
El poder del Amor es igualmente inmenso: no conoce límites ni fronteras. La mujer tiene que sanar su niña y adolescente: llorar sus dolores e identificar su voz. Después brillará con todo su potencial desplegado ante el mundo.

La Humanidad necesita la voz, las manos y el útero de las mujeres que han transitado el túnel oscuro del dolor y han resurgido, poderosas y vivas. Las mujeres, juntas, sin importar la edad ni su historia. Una cadena en la que, las bebés, las tías y madres, las niñas de once años,   abuelas, hermanas, adolescentes, jóvenes y viejas, podamos cogernos fuertes de las manos y caminar unidas.
La Humanidad necesita de las mujeres y las mujeres necesitamos alzarnos y denunciar, con la voz firme, el sucio juego del patriarcado. La Humanidad necesita una R-evolución. Y nosotras sabemos cómo hacerla.  Así que... dejemos de disimular.
 

De niña buena a mujer

   La sociedad y la cultura en que hemos nacido marcaron nuestro devenir. Han creado las estructuras neuronales que, a día de hoy, conforman nuestros pensamientos y emociones, es decir, la manera en que vivimos y percibimos el mundo. Hemos aprendido a relacionarnos con los demás tal y como hicieron con nosotras. La economía, la identidad externa (los rasgos que me diferencias de los otros), la identidad interna (la conciencia de quien soy yo), la sexualidad, la corporeidad (conciencia de mi propio cuerpo), el placer, el intelecto… todo está sobrehilado con los conceptos culturales y las vivencias sociales que hemos experimentado desde niñas.

Nacimos en una sociedad patriarcal, en la que hombres y mujeres compartimos una visión de la existencia y las relaciones muy concreta. En el patriarcado, la sociedad se articula sobre niveles de poder. Estos poderes se articulan en torno a parámetros muy definidos: el hombre prevalece sobre la mujer (machismo), el adultos prevalece sobre el niño, y el niño mayor sobre el niño pequeño. Y además, el rico tiene más poder que el pobre, el intelectual que el iletrado, el médico que el paciente, el político que el ciudadano, el profesor que el alumno, los padres que los hijos… Esta sociedad se regula en torno a estos conceptos básicos de los que emanan muchas consecuencias prácticas y filosóficas.

Además el patriarcado incluye una forma muy concreta de relacionarnos: la competitividad. Desde bien pequeños, los niños sienten que deben competir para ser, para elaborar su identidad: soy más guapa que…, más buena que…, soy la mejor en… siempre en permanente comparación, en permanente competición. Los juegos de los niños suelen ser un buen ejemplo. Frente al juego colaborativo en el que todos ganan, en los juegos tradicionales siempre hay un ganador y un perdedor. Después, ya  de adultas, continuamos compitiendo por las notas, los títulos, el dinero, los hombres, la belleza, la casa, la ropa (la industria de la cosmética y la moda conoce bien este diabólico mecanismo). Nos volvemos consumidoras compulsivas para ganar la competición y tener aquello que las demás no pueden tener: desde cochecitos para bebés de marcas a bolsos de quinientos euros o pechos recauchutados. Todo sirve con tal de sentir que en mi identidad exterior valgo más que…, que, en definitiva, gano. Y es que, nosotras hemos estado al final del final del último eslabón de la cadena de poder: hemos sido niñas y pequeñas.





 A través de este juego nos convertimos en esclavas de un sistema consumista en el que lo único es lo exterior. Y nos quedamos aniñadas, inmaduras y profundamente vulnerables. Sería fácil decir que si lo has visto, si te has dado cuenta del engaño, ya puedes liberarte de él. Pero no. Esa falta de arraigo en la conciencia personal, en la que una Es, lo impide. Aún con cuarenta años seguimos moviéndonos entre la niña y la adolescente, entre la inseguridad y la rebeldía. Nos volvemos sumisas o resentidas… o ambas cosas. Pero, volvamos al principio.

Cuando nacimos nos educaron para ser niñas buenas. ¿Qué es una niña buena? Cierra los ojos e imagínala por un momento. Es una niña obediente, callada, limpia, asexual, estática, que no expresa sus emociones, peinada, obediente, prudente, casera, miedosa… en definitiva, sumisa. Aunque en la primera infancia nos hayamos rebelado, suele haber un momento antes o después en que claudicamos, sencillamente, nos rendimos. Nos dijimos algo como: “Por este camino no voy a ir a ningún lado, mejor seré buena y haré todo lo que mis padres/profesores/amigas me digan. Así me querrán mucho y yo seré muy feliz”. Y así, renunciamos al movimiento, a la expresión (de las emociones, pensamientos, ideas, creatividad), a la palabra, a la alegría, a la insumisión sana, al placer, al poder personal, que es expresión de nuestro Ser, de nuestra identidad profunda. Establecimos nuestra identidad en lo que digo y hago y no en lo que soy. En definitiva, nos volvimos unas niñas buenas.

Después, en la adolescencia, nos rebelamos. Pero ya no encontramos nuestro eje, habíamos roto la conexión con nuestra identidad profunda y quedamos a la deriva en un mar de impotencia y protesta. No queríamos seguir siendo las niñas buenas de antes pero tampoco sabíamos qué o cómo Ser. La adolescencia pasó, afortunadamente, pero no la sensación de rabia y de desconocimiento de mi misma. Iniciamos entonces la vida adulta vagando entre la comodidad de la niña buena y sumisa que acepta órdenes y sigue a la masa y la rebeldía y el rencor de intuir que las cosas no son como podían ser.
Hasta llegar a la edad adulta. Puede que por el camino hayamos renunciado a nuestra vocación: de pintora a vendedora, de bailarina a abogada, de científica a profesora. Puede que hayamos renunciado a vivir nuestro placer y sensualidad, a vivir en nuestro cuerpo, a sentir el deseo propio o abrirnos al placer en mayúsculas.
Quizá hemos renunciado a ejercer la maternidad que late en nuestro interior. O puede que hayamos decidido que era peligroso viajar, explorar, conocer, experimentar, equivocarnos sin culpa. Es posible que nos hayamos esforzado en no expresar nuestras necesidades vitales y afectivas, y nos hayamos alejado de las palabras que expresan nuestras emociones. Quizá hemos perdido nuestro camino y andamos vagando el camino que otros nos trazaron o que elegimos desde el miedo al rechazo o a la crítica propia o ajena. Y así nuestra vida no funciona. No somos felices y arrastramos los pies por un sendero polvoriento cuesta arriba.



  Para cambiar nuestra vida, bastaría retomar el poder que nos fue arrebatado y que late en nuestro interior a la espera de mejores tiempos. Para el tao, el útero es el primer motor energético del cuerpo de la mujer. A través de él, se bombea la energía que nos permite vivir. Solo pudimos renunciar a la esencia que somos cerrando el caudal de energía que nos alimenta. Renunciamos al movimiento, la sexualidad, el placer y la expresión; es decir, redujimos la cantidad de energía que vivimos. O sea, debimos acomodar nuestra vitalidad a las horas sentadas, al silencio y a la sumisión. Por eso ahora estamos cansadas, nuestra femineidad nos duele (menstruaciones y parto), nos falta creatividad y nos sentimos perdidas.
Solo pudimos convertirnos en niñas buenas después de haber contraído (inconscientemente) el músculo que conforma el útero. Esa es la contracción inicial que sostiene el entramado de sometimiento, ideas limitadoras, miedos y represión que nos atenazan. Solo podemos llamar vida al acto de desplegar el potencial que anida en nuestro interior. Relajar este músculo nos permite volver a conectar con la vitalidad y el placer. Es un camino para ampliar nuestra experiencia vital y sostener el poder que todas las mujeres del mundo compartimos. Cuando una mujer encuentra su poder interior, que es el poder que sostiene la vida, no hay sociedad o cultura capaz de dominarla.


Y este es un camino que puede hacerse acompañada. Crear círculos de Mujeres en los que el crecimiento, la escucha interior y exterior, la oxitocina y la hermandad sean la base de las relaciones, es transformar el mundo. Es pasar de un mundo patriarcal, jerarquizado y competitivo a un mundo en el que las relaciones se establecen en la igualdad y el cuidado mutuo. Un espacio en el que ir ensayando los cambios que están en puertas. Un espacio para vivir hoy el mañana. Al fin, es momento de pasar de niña buena a Mujer.
 

dimarts, 24 de gener del 2012

Davant de la pujada abusiva del transport públic viatja amb la t-11

Com funciona


Hi ha diverses maneres d’utilitzar la T-11:

  • T-11 pròpiament dita. Amb gent que no coneixes:


  1.  Quan facis el darrer viatge i en la targeta posi títol esgotat, no llencis la targeta. Converteix-la en una T-11.
  2. Quan baixis del bus o surtis del metro, si vols evitar la molèstia d’anar preguntant qui vol una T-11, col·loca-la en els marges dels plafons d’informació de les marquesines d’informació del TMB. És el senyal que és una T-11. A qui li interessi ja l’agafarà.  
  3. Has de tenir en compte que la targeta integrada només funciona quan s’agafa una línia diferent de la del darrer trajecte; per tant, només has de deixar la targeta a les marquesines de les parades en què hi hagi línies diferents del darrer trajecte que has utilitzat. (Per exemple, si surts d’una estació de metro diposita la teva T-11 a la parada de bus més pròxima. De la mateixa manera, si baixes del bus en una parada en què només passa una línia deixa la teva targeta en un altre accés de transport públic).
  • T-20. Amb una altra persona amb qui coincideixes regularment en el moment que un ve del transport i l'altre hi va; per exemple, membres d’una família, companys de feina en el canvi de torn, veïnes d'escala, etc.:


  1.  Es compren dos títols de transport.
  2.  En el moment de la trobada en què un ve i l’altra marxa s’intercanvien les dues targetes. El que marxa la utilitzarà com una T-11 i el que ve tindrà una T-10 per a l'endemà. I així successivament.
  3.   Amb aquest sistema la T-11 significarà un descompte d’un 50%. De fet serà com una T-20 pel preu d’una T-10!
  4. Fuente: http://t11targeta.blogspot.com/p/com-funciona.html

dissabte, 21 de gener del 2012

Mujer dando a luz ayudada por las diosas Hathor and Taweret




















Esta alto relieve representa a una mujer dando a luz ayudada por dos diosas egipcias, Hathor, diosa del amor, y Taweret, diosa de la fertilidad. 
 

Waterbirth vessel: parto natural y tecnología pueden ir de la mano

Sinceramente creo que las parturientas deberíamos hacer huelga y exigir que se modernicen todas las salas de partos del país, porque es inadmisible que habiendo múltiples métodos que alivian el dolor y que facilitan el parto natural y aparatos tan sofisticados como esta piscina, algunas salas de dilatación duelan nada más verlas.
Y ya es hora que la tecnología se aplique a algo más que gadgets intrascendentes y artilugios de James Bond. Las comodidades deben llegar a los momentos decisivos de la vida y el más importante es el nacimiento.
Esta nueva y sofisticada piscina de partos llamada Waterbirth vassel tiene un asiento ajustable para el momento del parto, espacio para caminar sola o en compañía, asiento también para la pareja e hidroterapia con masajeadores programables para la espalda.

Solo tengo palabras de agradecimiento para el inventor y envidia de esa mujer. Yo parí en una piscinita de juguete y con la piscina La Bassine me conformo, esta me parece de gran lujo.
Y estoy segura que muchos bebés nacerían casi solos en este oasis de nacimiento.
Desde aquí hago un llamamiento a la OMS para que la incluya en las recomendaciones de partos y al Ministerio de Sanidad Español para que actualice la Estrategia de Atención al Parto Normal.
Vía: Dvice
NOTA: Gracias Erik por la pista. Deseamos que todos tus hijos tengan nacimientos respetados y gozosos.

Salir ilesa del hospital tras el parto

Por Ángeles Cano
Parece mentira, sí, pero no es tarea fácil salir ilesa del hospital cuando una va a dar a luz.
Hagamos la prueba: que levante la mano la que haya conseguido salir ilesa de un parto hospitalario.
Resulta que la gran, gran mayoría entramos sanas al hospital a dar a luz y salimos con cicatrices y heridas varios, daños físicos evidentes.

Como si el hospital fuera un taller de costura.

La que se libra de la cicatriz en el vientre y útero (probabilidades de 1:4 a 1:2, según el centro) la tiene en la vagina o en el periné. Cicatrices de todo tipo: horizontales, verticales, laterales, centradas o no. Las hay que curan en tres días y también que tardan meses en cerrarse, en dejar de soltar pus e incluso algunas las tienen que volver a abrir y arreglar de nuevo; “reconstrucciones”, las llaman.
Las hay hechas con bisturí o tijeras especiales, con fórceps o espátulas, con ventosa, e incluso algunos profesionales lo consiguen con sus manos, olvidándose, evidentemente, de que están manipulando genitales que pertenecen al cuerpo vivo de una mujer.
Las hay cosidas con tranquilidad y perfección, las hay hechas con mala leche o poca experiencia y las hay simplemente grapadas, como si fuéramos papeles de un trámite burocrático.
Y si nos libramos de las cicatrices -algunas hay- salimos “por lo menos” con moratones de pinchazos, heridas de la vía, etc. Parece que inevitablemente salimos algo estropeadas, como si siempre hubiese que arreglar algo.
En los cursos de “preparación” nos cuentan además, con antelación, “cómo curar los puntos”, incluso dan clases específicas sobre el tema, dando por hecho que forman parte del “parto de todas”.
Yo recuerdo cuando en mi primer embarazo hice un curso de adiestramiento, perdón, preparación, impartido por una ginecóloga que más tarde atendió a la mismísima princesa y que nos dio un consejo de lo más oportuno: “Os compráis aceite de rosa mosqueta y a partir de la semana x varias veces al día lo aplicáis a la zona donde hacen el corte de bisturí en la cesárea“. En un primer momento pensé “mira, qué práctica la mujer, qué consejos más buenos tiene”. Luego me pareció simplemente aberrante, para mí fue como un ejercicio para asumir mentalmente ya de antemano que tenemos altas probabilidades de te vayan a abrir la tripa. Me imaginaba a las veintitantas mujeres de mi curso untándose los dedos con aceite mosqueta y “cuidándose” la zona de la futura cicatriz como si fuera su rato de meditación diaria de cara al nacimiento de sus hijos. Qué pena.
Y os pregunto de nuevo: que levante la mano la que haya salido ilesa de un parto hospitalario. ¿Hay alguien? Ojo, no cuentan las que llegan en dilatación completa a la puerta de Urgencias y “se les cae el niño” de camino al paritorio.

13 consejos para que FRACASE tu lactancia materna y la réplica

9 meses soñando con el momento mágico de tener a tu bebé en brazos, quieres amamantarlo porque sabes que es el mejor alimento para él y quieres experimentar eso de la lactancia. Pero eso de la lactancia pude ser un éxito o un rotundo fracaso, físico y emocional, en función de diferentes factores que tienen que ver tanto con los conocimientos y actitud de la madre, como con aspectos externos, médicos y sociales.
Aquí exponemos 13 consejos infalibles para que FRACASE tu lactancia materna y lo mejor es que no es necesario cumplirlos todos para que funcionen sino que simplemente con seguir la inercia social, cualquiera de ellos puede hacer que tus sueños e intenciones iniciales se esfumen si no estás preparada para repelerlos.
Así se fabrica un sociedad des-tetada que, como en la foto, tiene tatuada un biberón en la piel:

1. No te informes sobre el tema

Es importante informarse sobre el destino de vacaciones, modelo de coche, marca de cosmética y cualquier aspecto de nuestra sociedad tecnológica, pero sobre cómo amamantar a tus hijos, posturas para evitar grietas y asegurar una buena toma, qué es la lactancia a demanda, cómo son los ciclos de sueño de los lactantes, cuáles son las necesidades de los bebés mamíferos, etc. ¡no por Dios, eso se debe llevar en los genes¡

2. Delega las decisiones en 1 solo profesional y nos busques ayudas ni apoyos

Si el pediatra/enfermera/farmaceútico u otro profesional te dice que hay que complementar con biberones o cambiar a lactancia artificial porque el bebé no gana peso, tienes poca leche, mastitis, etc. ACATA su decisión sin cuestionarla aunque tu no quieras eso.
Para operarte la rodilla, la nariz, elegir un vestido o restaurante, reparar el coche en el mecánico CONTRASTAMOS criterios, pedimos una 2ª y 3ª y 10ª opinión, buscamos a los verdaderos expertos y guías que nos informen bien, pero en la lactancia juégatela a una ficha y no busques ayuda y asesoramiento en los grupos de apoyo a la lactancia.

3.No te esfuerces

En este sociedad materialista y consumista, el esfuerzo se deja para el trabajo fuera de casa donde está bien visto sudar más de 10 horas, para adelgazar o castigarse en el gimnasio, para escalar una montaña el fin de semana, pero ¿esforzarnos para superar las dificultades que podría suponer la crianza de un bebé o entregarnos a ello? ¿Dónde se ha visto que dediquemos energía y tiempo a algo INVISIBLE, no remunerado, infravalorado y que se considera innecesario?
Lo intangible, los cuidados a las personas no tienen valor en el mercado…

4. Déjate influenciar por la publicidad y los medios de comunicación

Los juguetes, la publicidad, las campañas estatales de conciliación y todo el inconsciente colectivo del último medio siglo potencia, presiona y reproduce la cultura del biberón que genera beneficios millonarios y dependencia de las familias. Amamantar es un acto relegado a los libros de anatomía con la puntilla de “y cuando no se puede, …”
(Anuncio de Suavinex donde vemos que los niños nacen con chupete y biberón incorporado y las madres recientes están así de espléndidas y disponibles para el Sistema. Nótese que el bebé del carrito ni existe¡¡)

5. Considera que eres imperfecta

Pero si les pasa a casi todas las mujeres: tu madre no pudo amamantar (razón indefinida), tu hermana no tenía leche o era aguada, a tu abuela se le cortó la leche por un susto, tu vecina tenía unas grietas inhumanas, tu compañera de trabajo tenía pezones invertidos, fue imposible y además se le juntó con la depre
Efectivamente más del 70% de las madres tienen un grave defecto de fábrica que la ciencia no ha explicado. Es increíble que la humanidad haya sobrevivido hasta hoy con lactancia exclusiva durante millones de años sin existir Nestlé y cía, increíble…
Al parecer la Naturaleza es una chapucera, además de misógina, porque el 99’999999% de los corazones, hígados, riñones y penes funcionan pero los pechos femeninos sólo generan problemas, dolor, amargura y culpa cuando se pretenden usar fisiológicamente y no para hacer topless en la playa u otros usos eróticos.
Si hubiera oficinas para demandarla…

6. Pretende usar todos los artilugios que te han regalado

Son super chulos: biberones, limpia biberones, esterilizadores, tetinas antireflujo y poli-funciones, muestras de leche hipervitaminadas, termos, bolsos de diseño para meter todo eso, …
Como dicen que hay que invertir más de 6.000 euros el primer año de vida de un bebé, tenemos muchos artilugios que normalmente nos regalan y nos da mucha pena no usarlos. Es de desagradecidas y ya que los tenemos tan a mano…
En cambio, la lactancia es AUSTERA, poco glamourosa y no necesita accesorios que nos permitan proyectar inconscientemente en el consumo todo lo que no damos piel con piel.

7. Opta por separarte de tu bebé desde que nace

Tenemos vidas con agendas apretadas e incompatibles con la presencia de un bebé y éste no las puede alterar sino que se debe adaptar. Queremos volver a la “normalidad” cuanto antes, como si nada hubiera pasado, porque para nuestra sociedad, parir es una actividad más a encajar con todo lo demás, pero no una vivencia trascendental en si misma que nos podamos permitir vivir en toda su intensidad. Por eso algunas ministran vuelven a trabajar a los 5 días de la cesárea…
Además, cualquier otra persona puede alimentar y cuidar a un bebé. En cambio, la lactancia obliga a tener a tu hijo siempre cerca de ti como si fuéramos canguras.

8. Cree que la lactancia es incompatible con el trabajo

Esto lo sabe todo el mundo, como la OMS recomienda 6 meses de lactancia exclusiva (y hasta mínimo los 2 años complementaria) pero la baja de maternidad remunerada en España es de menos de 4 meses, por matemática pura hay que destetar a los bebés a los 3 meses para que se acostumbren. La vida es dura para todos y cuando antes lo sepan, mejor…
Como cumplimos el punto 1 de no estar bien informadas, no sabemos que lactancia y trabajo externo es perfectamente compatible extrayéndonos leche (si queremos) o con lactancia mixta, o después de los 6 meses con alimentación complementaria.
El resto de las madres no occidentales del planeta pueden trabajar y criar, y durante toda la historia así ha sido, pero ellas no son nada progres y no están liberadas, claro… El sistema neoliberal  y nuestros horarios y espacios de trabajo son el summum de la calidad de vida de las mujeres…
Esta mujer india está deseando que abramos franquicias allí para dejar a ese niño-lapa-castrador en una guardería y poder trabajar muchas más horas para poder liberarse y pagarla…

9. Se igualitaria al 100% y defiende que el padre alimente a su bebé

Faltaba más, más de 100 años de luchas para alejarnos del yugo doméstico y ser iguales que los hombres en todo para ahora optar por esta DISCRIMINACIÓN NATURAL y usar nuestros pechos nosotras solas, dejando a los excluidos papis sin nada que hacer en la crianza de sus hijos.

10. Piensa exclusivamente en el bebé y no en ti misma

Considera que la lactancia es un SACRIFICIO que debemos hacer por todas las defensas inmunológicas al bebé y un acto de altruismo y no pienses en ti, en tu salud, tu placer y tu poder.
A más mártires nos sintamos, menos dura la lactancia…

11. Percibe la lactancia como antifeminista

Las campañas prolactancia son neomachistas y retrógadas porque buscan que la mujer vuelva a la opresión patriarcal y sacarla del mundo laboral externo (1, 2, 3-45).
Amamantar, centrar tu energía, tu talento y tu tiempo en la crianza de tus hijos es realmente retroceder y un flaco favor al colectivo de las mujeres obreras del mundo.
Pensando esto, no aguantas ni el calostro…

12. Ten prejuicios

La lactancia es cosa de gitanas y de mujeres africanas de esas que llevan a sus hijos en una tela encima todo el día. Las pobres no pueden comprar un Bugaboo de 1.100 euros ni leche enriquecida con probióticos.
La lactancia nos acerca a las VACAS, un animal, un ser inferior y des-intelectualizado que hace las cosas por instinto (algo terrible) y no por decisión personal.
(Artículo tendencioso, con abundante información errónea y
que reproduce todos los mitos obsoletos de la lactancia en EL Mundo, página 36)

13. Se conformista y sumisa con la cultura dominante

Es lo que hay, sólo el 30% de las madres en España llegan a los 6 meses de lactancia exclusiva. La mayoría de familias son usuarias de leche artificial más allá de los primeros meses y casi todas después del primer año.
Dar el biberón es lo “normal”, más fácil, lo que todo el mundo sabe usar y prescribir.
Ir contracorriente, en este y cualquier aspecto, es incómodo, nos obliga a informarnos y contradecir en muchas ocasiones a quienes nos rodean, figuras de autoridad incluidas.
¿Merece la pena ser una madre insumisa y sortear obstáculos?
Todo esto es, con ironía o sin ella, la realidad cotidiana.
Vivimos inmersos en una cultura del biberón desde los años 50 en que se rompió -rompieron- la cadena de trasmisión natural de la lactancia y crianza con apego y ya no tenemos una referencia social de cómo amamantar y criar un bebé lejos de la industria, y si queremos optar por la lactancia materna nos movemos en terreno resbaladizo.
A no ser que la lactancia funcione plácidamente desde el principio, lo que también ocurre, cualquiera de los 13 puntos mencionados pueden hacer fracasar nuestro deseo de amamantar.
La opción RESPETABLE de no amamantar no se encuentra con ningún problema de manejo, el Sistema funciona para ello a todos los niveles, pero a la opción de amamantar y/o dedicar más tiempo a la crianza de lo establecido se le presentan numerosos frenos.
Afortunadamente hay ANTÍDOTOS: decisión personal firme y actitud proactiva, información seria, buenos profesionales y grupos de apoyo de madres.
Y no se trata de sentirnos culpables y desmoralizarnos cuando hemos hecho lo que hemos podido y sabido según nuestras circunstancias y momento personal, sino de mirar por encima de los árboles y reflexionar a nivel colectivo, porque no alimentar a la especie humana con leche humana es un problema de supervivencia y de salud holística mucho mayor de lo que creemos.
Buscar y solucionar los motivos por los que tantas mujeres lo intentan pero no consiguen amamantar el tiempo que quisieran, no es ser enemigo de las madres sino tratar de que las siguientes lo tengan más fácil en el futuro.
Estos son los 13 CONSEJOS PARA TENER ÉXITO EN LA LACTANCIA:

1. Infórmate bien sobre la lactancia ANTES del parto

Necesitamos informarnos. Para el bebé lactar es instintivo pero para las madres amamantar se aprende culturalmente. Muchas gorilas en cautividad en los zoológicos tampoco saben hacerlo.
Aquí y aquí dejamos 3 libros en pdf.
La Asociación Española de Pediatría también tiene respuestas a los problemas frecuentes
Y pide que te regalen el libro del pediatra Carlos González “Un regalo para toda la vida”.

2. Busca profesionales con conocimientos actualizados de lactancia materna

Según estadísticas médicas, muchos pediatras manejan información incorrecta sobre lactancia (más info) . El famoso experto Dr. Newman explica en este artículo cómo saber que un profesional de la medicina NO apoya lactancia.
Y además, existen los grupos de apoyo a la lactancia que son GRATUITOS y te escucharán y asesorarán. Estos son todos los que hay en España y La Liga de La Leche Internacional está presente en 85 países.

3. No tires la toalla a la primera

Hay que tener muy claro que la lactancia NO debe doler ni generar molestias, eso es mala praxis de la lactancia, a corregir, o patologías, a solucionar.
De la misma manera que no te cortas el pie por un esguince, no destetes por un problema subsanable como casi todos los son.
A veces ocurren dificultades y una vez superadas, las satisfacciones a todos los niveles son muy superiores y merece la pena el esfuerzo inicial.

4. Pasa de la publicidad y discierne bien los artículos de los medios de comunicación

Ser inmune a la publicidad que solo quiere ganar dinero y no busca ni tu bienestar ni el de tu familia. Este es un consejo aplicable a cualquier ámbito de la vida.
Los medios de comunicación ofrecen información muy buena, como este artículo de El País, o lleno de prejuicios y falsos datos como este. Ten criterio para diferenciarlos.

5. Nuestro cuerpo es perfecto y mágico

La Naturaleza es más sabia de lo que creemos, la leche humana es un alimento VIVO y personalizado que se adapta a las necesidades del bebé en cada momento: es diferente para un prematuro que para un niño a término, es diferente al primer mes o al 7º según su crecimiento, cambia de día y de noche, está siempre disponible, a la temperatura adecuada, … Además de nutrientes, en el amamantamiento se generan hormonas como la oxitocina con grandes beneficios para la madre, el hijo y el vínculo entre ellos y la leche materna tiene innumerables ingredientes y aspectos que la ciencia aun no ha descubierto y de los que se sorprende cada día
Ni siquiera hay que parir para amamantar porque podemos dar lactancia a un bebé adoptado. Y aunque tengamos que destetar al principio por cualquier motivo, podemos volver a relactarnos.
La teta funciona perfectamente y está a nuestra disposición y servicio si aprendemos a usarla y no nos ponen trabas.

6. Ahórrate mucho dinero con la lactancia materna

La lactancia materna es gratuita y no está respaldada por ningún lobby con intereses ocultos, es el mayor ejemplo de SOBERANÍA ALIMENTARIA a nivel económico, una gran prevención médica porque actúa como vacuna natural contra innumerables enfermedades, y un acto de independencia frente al Sistema actual.

7. Nuestros bebés nos necesitan

Somos mamíferos con necesidades de contacto y leche constante y requerimos mucho más tiempo para ser independientes que el resto de las especies, precisamente por el mayor tamaño de nuestro cerebro, más dependemos de nuestros progenitores.
Las mujeres actuales tenemos más de 85 años de esperanza de vida, es tan poco el tiempo en que nuestros hijos nos necesitan en cuerpo y alma…

8. Lactancia y trabajo son compatibles

Las consultas más frecuentes en los grupos de apoyo son sobre cómo compaginar la lactancia con irnos fuera de casa a trabajar. Hay muchos textos sobre ello, informémonos bien y encontremos recursos adaptados a nuestro caso particular.
Claro que el sistema laboral no está bien montado, pero por qué sacrificamos a los niños en vez de luchar para mejorarlo: pidamos bajas de maternidad de más de 6 meses, facilidades para excedencias o medias jornadas, flexibilidad horaria, teletrabajo, etc. y organicemos nuestra vida en función de nuestras prioridades en cada momento.
Este es un REPORTAJE FOTOGRÁFICO de cómo se trabaja y concilia de verdad (conciliar no es separar largas horas) en la revista estadounidense Mothering. Un ejemplo de que querer es poder.

9. El padre puede participar en la lactancia y la crianza de múltiples formas

El bebé va a vivir muchos años, hay tanto tiempo para que el padre le alimente… Y si tantas ganas tenemos de que le de biberones, también se los puede dar de leche materna diferida cuando nos ausentemos.
Si nos cuida, se encarga de parte de las tareas de la casa, de la logística y de apoyarnos a nosotras, más fácil será la lactancia.

10. La lactancia no es una condena bíblica ni un deber moral, es parte de la sexualidad femenina

Pues sí, amamantar no se reduce a pechos dispensadores de leche de primera calidad, es parte de nuestro organismo global y genera las mismas hormonas presentes en la SEXUALIDAD y el orgasmo.
La lactancia tiene numerosos beneficios para la madre de salud física y emocional, es una fuente de satisfacción y disfrute (lactancia salvaje) y un importante elemento de EMPODERAMIENTO personal.
Las mártires para los altares…

11. La lactancia materna es obviamente feminista

¿A caso no es feminista defender nuestro propio cuerpo, recursos y deseos?
La lactancia no encaja en el feminismo de la falsa igualdad que acepta el modelo laboral actual pero sí encaja en el NEO-FEMINISMO que defiende el irrenunciable papel de la mujer en el exterior sin sacrificar nuestros cuerpos y a nuestros hijos. ¿Cómo? Cambiando el mercado y no tragando con lo que hay…
Por algo, Noruega, con 52 meses de baja de maternidad y más presencia pública femenina, es el mejor país para ser madre.
Si nuestras políticas y dirigentes leyesen más a Casilda Rodrigáñez, este debate no existiría.

12. Cuestiona tus prejuicios sobre la lactancia y abre tu mente

NO eres una vaca sino todo lo contrario, la lactancia es la leche de nuestra especie, mientras el biberón es leche de vaca tratada.
La vaca produce la mejor leche para los terneros, animales con más peso y menos cerebro que los humanos, y nosotros la hemos convertido en el estandarte de la alimentación infantil añadiéndole numerosos tratamientos porque los bebés morirían si la tomasen directamente ya que es indigerible para sus organismos.
Ser mamífero y ejercer de ello, defenderlo y reivindicarlo no es ningún pecado y es lo más moderno que existe porque lo realmente avanzado en las sociedades es proteger a los bebés y a las madres.
Y nos cuentan tan poco de los inconvenientes de la leche artificial…

13. Rebélate contra la sociedad y sigue tu camino

Mucha info de calidad y oídos sordos a las presiones o desalientos externos.
Mujer, si quieres amamantar, puedes hacerlo posible todo el tiempo que tu y tu hijo queráis…
(Foto tomada del blog El Parto es Nuestro)

NOTA ACLARATORIA:

A pesar de cumplir con todos estos elementos y más, siempre habrá mujeres que por sus circunstancias externas, momentos personales, enfermedades o problemas serios no podrán hacer una lactancia materna exclusiva aunque quieran y tengan buena información y apoyos. En algunos casos harán lactancia mixta, con su leche extraída, o directamente artificial.
Todo el respeto y la comprensión hacia ellas y agradecimiento a los biberones y su calidad, mucho mayor que hace décadas, por ser un recurso para nuestros hijos cuando son necesarios.
Pero los datos reales son que en España llegan a los 6 meses de lactancia el 33% de las madres y en Noruega el 80%. En ese gran margen hay muchos fracasos involuntarios por problemas subsanables. A esas mujeres van dirigidos estos consejos.
Según los expertos, el 90% de las madres lactantes podrían dar el pecho, siempre que ellas quieran, y dejan un 10% de margen para patologías.
Existen marcapasos pero la mayoría de las personas tiene un corazón sano, hay sillas de ruedas pero la mayoría usamos nuestras piernas, … y siempre habrá biberones, pero cuando la sociedad esté más madura en este tema, la mayoría de las madres tendrá lactancias voluntarias, exitosas y satisfactorias.

Fuente: http://www.elblogalternativo.com/2010/10/20/13-consejos-para-que-fracase-tu-lactancia-materna-y-la-replica/