Muchas veces las creencias equivocadas que se han transmitido de generación en generación, impide que las personas toquen sus órganos genitales y los revisen de la misma forma como lo hacen con la boca, el cabello, los ojos y los oídos. Sin embargo, un examen detallado y cuidadoso es de suma importancia para detectar cualquier problema. Un autoexamen genital consiste en lo siguiente:
En el hombre, se debe revisar el glande observando su coloración, tratando de detectar algún dolor, escozor o la presencia de granitos. Con la llema de los dedos medio y pulgar, tocar las bolsas donde están los testículos; debe palparse ganglios inginales y verificar que no estén inflamados. Si se siente alguna bolita extraña, inflamación, un conducto demasiado ámplio o torturoso o la presencia de líquido en las bolsas, debe acudir al médico de inmediato.
La mujer, debe realizar un examen de la vulva después del baño. Acostada boca arriba o en cuclillas, con la ayuda de un espejo debe revisar la presencia de algún granito, enrojecimiento o presencia de flujo.
Para el examen de los senos debe pararse frente a un espejo en un lugar con suficiente luz y observar cualquier cambio de color, tamaño y forma de los pezones; si existen hundimientos o arrugas. Para hacer esta observación en forma adecuada, debe levantar los brazos sobre la cabeza y tocarse los senos en todas sus partes. Asimismo, debe acostarse boca arriba colocando un cojín bajo el hombro, la mano izquierda debajo de la cabeza y con la derecha tocar la mano del lado contrario, luego hacer lo mismo del otro lado. Ante cualquier duda o cambio notado, consultar al médico.
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