Ante una situación de 'alarma' el ser humano reacciona de forma automática, y en condiciones normales esta respuesta mejora el rendimiento del afectado. Pero ¿cómo actúa el organismo en los momentos de tensión? La respuesta es sencilla de entender porque muchos han experimentado alguna vez los síntomas o conocen a alguien que los ha padecido; pero a la vez compleja, debido a la gran cantidad de resortes relacionados con la salud que entran en juego. Se produce así, un aumento de la frecuencia cardiaca, mayor presión sanguínea, mayor frecuencia y amplitud respiratoria, elevación del tono muscular y un incremento de la sudoración, entre otros.
Por si hay alguien que aún no sabe de qué estamos hablando, lo aclaramos: son los síntomas de una crisis de ansiedad. Los expertos la definen como la aparición temporal, más o menos repentina, ante alguna situación (accidente, fobias...) y en ocasiones sin motivo aparente, de activación fisiológica y motora excesiva, acompañada de una activación cognitiva exagerada (pensamientos) que produce un miedo intenso a lo que se está sintiendo e incluso a morir.
Tener estas sensaciones ante casos extremos puede ser hasta cierto punto normal, el verdadero problema surge cuando esta respuesta aparece ante circunstancias poco o nada amenazantes y además, es desproporcionada. Según datos facilitados por la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac) un 10 por ciento de la población ha experimentado en alguna ocasión una crisis o ataque de ansiedad y la mitad de ese porcentaje las padece de manera reiterada en diversos grados de frecuencia e intensidad.
Conocer los síntomas es uno de los elementos esenciales para controlar estos episodios, que se dan de media a partir de los 25 años y en el doble de ocasiones en la mujer que en el hombre. De igual modo, los especialistas aseguran que si se siguen una serie de recomendaciones básicas, estas crisis se pueden superar sin ayuda, en la mayoría de los casos. Tranquilizarse y controlar la respiración resulta clave para conseguirlo.
Recomendaciones ante una crisis de ansiedad
- Conocer la sintomatología (aspectos fisiológicos, motores y cognitivos).
- Saber que estás más nervioso de lo normal y que la respuesta es exagerada.
- Autoconvencerte de que no estás padeciendo asfixia, un infarto o similar.
- Controlar la respiración, y con ello disminuir la hiperventilación e hiperoxigenación. Así desaparecerán las incómodas sensaciones físicas y el miedo a ellas.
- Colocarse en una situación cómoda con las manos sobre el pecho y el abdomen y comenzar a respirar a un ritmo normal, como cuando estás tranquilo.
- A medida que controles la respiración, te tienes que motivar con pensamientos positivos del tipo: "físicamente estoy bien", "mi corazón ya late más despacio", "lo estoy superando", etc. Más info:_www.sefac.org.
Por si hay alguien que aún no sabe de qué estamos hablando, lo aclaramos: son los síntomas de una crisis de ansiedad. Los expertos la definen como la aparición temporal, más o menos repentina, ante alguna situación (accidente, fobias...) y en ocasiones sin motivo aparente, de activación fisiológica y motora excesiva, acompañada de una activación cognitiva exagerada (pensamientos) que produce un miedo intenso a lo que se está sintiendo e incluso a morir.
Tener estas sensaciones ante casos extremos puede ser hasta cierto punto normal, el verdadero problema surge cuando esta respuesta aparece ante circunstancias poco o nada amenazantes y además, es desproporcionada. Según datos facilitados por la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac) un 10 por ciento de la población ha experimentado en alguna ocasión una crisis o ataque de ansiedad y la mitad de ese porcentaje las padece de manera reiterada en diversos grados de frecuencia e intensidad.
Conocer los síntomas es uno de los elementos esenciales para controlar estos episodios, que se dan de media a partir de los 25 años y en el doble de ocasiones en la mujer que en el hombre. De igual modo, los especialistas aseguran que si se siguen una serie de recomendaciones básicas, estas crisis se pueden superar sin ayuda, en la mayoría de los casos. Tranquilizarse y controlar la respiración resulta clave para conseguirlo.
Recomendaciones ante una crisis de ansiedad
- Conocer la sintomatología (aspectos fisiológicos, motores y cognitivos).
- Saber que estás más nervioso de lo normal y que la respuesta es exagerada.
- Autoconvencerte de que no estás padeciendo asfixia, un infarto o similar.
- Controlar la respiración, y con ello disminuir la hiperventilación e hiperoxigenación. Así desaparecerán las incómodas sensaciones físicas y el miedo a ellas.
- Colocarse en una situación cómoda con las manos sobre el pecho y el abdomen y comenzar a respirar a un ritmo normal, como cuando estás tranquilo.
- A medida que controles la respiración, te tienes que motivar con pensamientos positivos del tipo: "físicamente estoy bien", "mi corazón ya late más despacio", "lo estoy superando", etc. Más info:_www.sefac.org.
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