El hombre fuma más profundamente y da un mayor número de caladas en cada cigarro, lo que provoca que inhale más cantidad de humo. Por contra, la mujer inhala el humo con menor intensidad y da un menor número de caladas. Esa forma diferente de fumar entre hombres y mujeres, que supone unos mayores niveles de monóxido de carbono (CO) en los primeros, podría determinar el desarrollo de enfermedades específicas en ambos sexos.
Así se desprende del informe "HELP COmets" que la Unión Europea ha elaborado entre los años 2006 y 2008 en los 27 estados miembro y que agrupa un total de 221.655 mediciones de CO espirado en el aire de toda Europa.
Según los expertos, existen ciertos tipos histológicos predispuestos de cáncer provocados por el consumo de tabaco para cada sexo, por lo que cabría pensar en la posibilidad de que un determinado modo de consumir un cigarrillo lleve a desarrollar enfermedades específicas dependiendo de la condición de ser hombre o mujer. A juicio de Carlos Jiménez, coordinador del Grupo de Tabaquismo de Neumomadrid, esa forma diferente de fumar puede tener implicaciones en los distintos tipos de patologías asociadas al tabaco.
Así se desprende del informe "HELP COmets" que la Unión Europea ha elaborado entre los años 2006 y 2008 en los 27 estados miembro y que agrupa un total de 221.655 mediciones de CO espirado en el aire de toda Europa.
Según los expertos, existen ciertos tipos histológicos predispuestos de cáncer provocados por el consumo de tabaco para cada sexo, por lo que cabría pensar en la posibilidad de que un determinado modo de consumir un cigarrillo lleve a desarrollar enfermedades específicas dependiendo de la condición de ser hombre o mujer. A juicio de Carlos Jiménez, coordinador del Grupo de Tabaquismo de Neumomadrid, esa forma diferente de fumar puede tener implicaciones en los distintos tipos de patologías asociadas al tabaco.
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