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Tokio. (Agencias).- La mujer de ojos y pelo castaño hizo su debut en Tokio en un drama lacrimógeno sobre una niña que sufre una enfermedad mortal. Su voz sonaba tranquila, pero sus movimientos eran algo mecánicos. No eran sólo los nervios de la primera noche. Se trataba de una androide, de nombre Geminoid F.
"Sayonara" o "Adiós", presentada por el director japonés Oriza Hirata en un festival de arte en Tokio, supone una colaboración inusual entre un androide -un robot diseñado para actuar como un humano- y una actriz humana, la estadounidense Bryerly Long.
"No se trata de que un robot sustituya a un humano sobre el escenario, es más como si un nuevo tipo de actor hubiera surgido en el mundo teatral", dijo Hirata, que ya ha llevado a las tablas dos obras con robots no androides.
Long interpreta a una niña que sufre una enfermedad grave y cuyos padres contratan a una cuidadora androide y luego la abandonan.
El robot, fabricado para parecer una mujer mitad japonesa mitad rusa, tiene el pelo largo y recita poesía.
Sentada en una silla durante la obra, Geminoid F, que tiene el porte de un humano, participa en conversaciones y también hace monólogos, ataviada con camiseta y pantalones oscuros.
Sus ojos parpadean y su pecho sube y baja como si estuviera respirando incluso cuando habla, sonríe y mira sorprendida, aunque su rostro carece de la expresión de una persona real. Su voz y gestos los hace una actriz en una cámara insonorizada entre bambalinas.
Los movimientos de cabeza y de cuerpo son detectados por una cámara y replicados por la androide.
Para su voz se usaron micrófonos. Geminoid F fue producido por Hiroshi Ishiguro, un reputado diseñador de robots de la universidad de Osaka en el oeste de Japón, cuyos androides cuestan aproximadamente 1,2 millones de dólares.
Para la obra, modificó uno para darle únicamente las características necesarias para la actuación, lo que supuso un recorte del coste a una décima parte de lo habitual. Todos los movimientos del robot se llevan a cabo con sólo 12 motores.
"Los androides pueden mirar de forma muy similar a los actores humanos, pero sobre todo, podemos crear técnicamente un actor superior dándole todas las buenas técnicas de los actores humanos, como la mirada, el movimiento y el habla", dijo Ishiguro.
Pese a todo, la actriz humana dijo que sentía como si estuviera actuando en solitario. "Hay un poco de distancia.
El robot tienen una posición bastante particular porque tiene una voz, pero no tiene presencia humana", dijo Long. Algunos de los presentes también tuvieron dudas.
"Parecía un androide interpretando a un androide", dijo Chihiro Aikawa, de 28 años. Hirata dijo que los androides no son sólo buenos actores, sino que también tienen potencial para incrementar la venta de entradas.
Se espera que aproximadamente unas 600 personas vean la obra en los dos días en los que estará en Tokio. "Todos los problemas de actuación pueden resolverse si se invierte tiempo suficiente, y a la audiencia siempre le gusta verles actuar", dijo.
"No se trata de que un robot sustituya a un humano sobre el escenario, es más como si un nuevo tipo de actor hubiera surgido en el mundo teatral", dijo Hirata, que ya ha llevado a las tablas dos obras con robots no androides.
Long interpreta a una niña que sufre una enfermedad grave y cuyos padres contratan a una cuidadora androide y luego la abandonan.
El robot, fabricado para parecer una mujer mitad japonesa mitad rusa, tiene el pelo largo y recita poesía.
Sentada en una silla durante la obra, Geminoid F, que tiene el porte de un humano, participa en conversaciones y también hace monólogos, ataviada con camiseta y pantalones oscuros.
Sus ojos parpadean y su pecho sube y baja como si estuviera respirando incluso cuando habla, sonríe y mira sorprendida, aunque su rostro carece de la expresión de una persona real. Su voz y gestos los hace una actriz en una cámara insonorizada entre bambalinas.
Los movimientos de cabeza y de cuerpo son detectados por una cámara y replicados por la androide.
Para su voz se usaron micrófonos. Geminoid F fue producido por Hiroshi Ishiguro, un reputado diseñador de robots de la universidad de Osaka en el oeste de Japón, cuyos androides cuestan aproximadamente 1,2 millones de dólares.
Para la obra, modificó uno para darle únicamente las características necesarias para la actuación, lo que supuso un recorte del coste a una décima parte de lo habitual. Todos los movimientos del robot se llevan a cabo con sólo 12 motores.
"Los androides pueden mirar de forma muy similar a los actores humanos, pero sobre todo, podemos crear técnicamente un actor superior dándole todas las buenas técnicas de los actores humanos, como la mirada, el movimiento y el habla", dijo Ishiguro.
Pese a todo, la actriz humana dijo que sentía como si estuviera actuando en solitario. "Hay un poco de distancia.
El robot tienen una posición bastante particular porque tiene una voz, pero no tiene presencia humana", dijo Long. Algunos de los presentes también tuvieron dudas.
"Parecía un androide interpretando a un androide", dijo Chihiro Aikawa, de 28 años. Hirata dijo que los androides no son sólo buenos actores, sino que también tienen potencial para incrementar la venta de entradas.
Se espera que aproximadamente unas 600 personas vean la obra en los dos días en los que estará en Tokio. "Todos los problemas de actuación pueden resolverse si se invierte tiempo suficiente, y a la audiencia siempre le gusta verles actuar", dijo.
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