La menopausia es uno de los momentos en la vida de una mujer en el que más debe cuidarse para afrontar con éxito los cambios que inevitablemente van a influirle tanto por dentro como por fuera.
A los 50 se reduce la producción de estrógenos hasta el 60 por ciento y con esto se pierden los beneficios que estas hormonas aportan a la salud de la mujer. Esta menor producción afecta en primer lugar a la capacidad de los huesos de reestructurarse, lo cual influye en el recambio óseo generándose la temida osteoporosis. Asimismo, la acumulación de grasas en sangre tiende a aumentar, subiendo el riesgo de colesterol con el consiguiente problema de salud cardiovascular que puede generarse. Es el momento, por tanto, de cuidar especialmente tu dieta.
Pero además, la piel también sufre el cambio hormonal. Es habitual la deshidratación, pérdida de colágeno y elasticidad que hace que se vuelva más frágil, seca y quebradiza. Las arrugas son más profundas, la piel del cuello y la parte inferior del rostro se vuelve más colgante y el tono pierde uniformidad siendo probable que aparezcan manchas oscuras de pequeño tamaño. Todo esto obliga a cambiar los hábitos de cuidado por lo que es recomendable acudir a un especialista que te indique cómo hacerlo.
Cuidado con tus dientes
Los sofocos y los cambios de ánimo se asocian a la menopausia pero los efectos que ésta puede tener en la dentadura no son tan conocidos. El descenso hormonal modifica las encías, la mucosa dental y el hueso, lo que puede provocar pérdida de color en los dientes, alterar su forma o incluso la pérdida de piezas.
Algunas de las patologías más frecuentes que nos explican los expertos de la clínica Vitaldent son: el síndrome de ardor bucal, producido en mujeres posmenopáusicas, se caracteriza por una sensación de quemazón que afecta sobretodo a lengua, dificultando en ocasiones la ingesta de comida; la boca seca, cuando las glándulas salivales producen una secreción más pobre generando problemas para comer e incluso hablar; la gingivitis descarnativa, que se caracteriza por ocasionar separación de las capas externas de las encías dejando las descubierto las terminaciones nerviosas; las caries radiculares provocadas por la gingivitis descarnativa al quedar al descubierto la raíz de las piezas; o las enfermedades periodontales, que puede hacer que se muevan o caigan piezas.
Salud vaginal
La mitad de las mujeres experimenta dolor durante las relaciones sexuales tras los 50 años. Y es que de nuevo la pérdida de estrógenos influye reduciendo la lubricación vaginal, según explica la ginecóloga María Jesús Cancelo, del Hospital Universitario de Guadalajara. Esta falta de hidratación natural de la vagina genera picores, irritación y dolor en las relaciones sexuales. Todos estos cambios se conocen como vaginitis atrófica, cuyos síntomas podrían padecer el 40 por ciento de las mujeres posmenopáusicas. El tratamiento más efectivo son los estrógenos, que restauran el pH vaginal, incrementan las secreciones y alivian las molestias. Asimismo, se recomiendan los hidratantes y lubricantes vaginales y pueden ayudar los derivados de soja, aceite de Árbol del té, Salvia officinalis, tomillo o camomila. De este modo, Cancelo recuerda la importancia de mantener una óptima salud vaginal fomentando los mecanismos de protección frente a las infecciones, así como el estímulo estrogénico local y recomienda acudir al ginecólogo para ello.
A los 50 se reduce la producción de estrógenos hasta el 60 por ciento y con esto se pierden los beneficios que estas hormonas aportan a la salud de la mujer. Esta menor producción afecta en primer lugar a la capacidad de los huesos de reestructurarse, lo cual influye en el recambio óseo generándose la temida osteoporosis. Asimismo, la acumulación de grasas en sangre tiende a aumentar, subiendo el riesgo de colesterol con el consiguiente problema de salud cardiovascular que puede generarse. Es el momento, por tanto, de cuidar especialmente tu dieta.
Pero además, la piel también sufre el cambio hormonal. Es habitual la deshidratación, pérdida de colágeno y elasticidad que hace que se vuelva más frágil, seca y quebradiza. Las arrugas son más profundas, la piel del cuello y la parte inferior del rostro se vuelve más colgante y el tono pierde uniformidad siendo probable que aparezcan manchas oscuras de pequeño tamaño. Todo esto obliga a cambiar los hábitos de cuidado por lo que es recomendable acudir a un especialista que te indique cómo hacerlo.
Cuidado con tus dientes
Los sofocos y los cambios de ánimo se asocian a la menopausia pero los efectos que ésta puede tener en la dentadura no son tan conocidos. El descenso hormonal modifica las encías, la mucosa dental y el hueso, lo que puede provocar pérdida de color en los dientes, alterar su forma o incluso la pérdida de piezas.
Algunas de las patologías más frecuentes que nos explican los expertos de la clínica Vitaldent son: el síndrome de ardor bucal, producido en mujeres posmenopáusicas, se caracteriza por una sensación de quemazón que afecta sobretodo a lengua, dificultando en ocasiones la ingesta de comida; la boca seca, cuando las glándulas salivales producen una secreción más pobre generando problemas para comer e incluso hablar; la gingivitis descarnativa, que se caracteriza por ocasionar separación de las capas externas de las encías dejando las descubierto las terminaciones nerviosas; las caries radiculares provocadas por la gingivitis descarnativa al quedar al descubierto la raíz de las piezas; o las enfermedades periodontales, que puede hacer que se muevan o caigan piezas.
Salud vaginal
La mitad de las mujeres experimenta dolor durante las relaciones sexuales tras los 50 años. Y es que de nuevo la pérdida de estrógenos influye reduciendo la lubricación vaginal, según explica la ginecóloga María Jesús Cancelo, del Hospital Universitario de Guadalajara. Esta falta de hidratación natural de la vagina genera picores, irritación y dolor en las relaciones sexuales. Todos estos cambios se conocen como vaginitis atrófica, cuyos síntomas podrían padecer el 40 por ciento de las mujeres posmenopáusicas. El tratamiento más efectivo son los estrógenos, que restauran el pH vaginal, incrementan las secreciones y alivian las molestias. Asimismo, se recomiendan los hidratantes y lubricantes vaginales y pueden ayudar los derivados de soja, aceite de Árbol del té, Salvia officinalis, tomillo o camomila. De este modo, Cancelo recuerda la importancia de mantener una óptima salud vaginal fomentando los mecanismos de protección frente a las infecciones, así como el estímulo estrogénico local y recomienda acudir al ginecólogo para ello.
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