diumenge, 10 d’octubre del 2010

Masturbación

Cuando uno escucha a los adolescentes de hoy hablar de masturbación, queda la impresión de que los mitos han quedado atrás.
 
Para algunos, es mucho más sencillo hablar del tema de lo que era hace no muchos años, y cuando lo hacen, hablan de masturbación masculina y femenina por igual, asumiendo que es algo que se da entre las personas de ambos sexos.
 
Hace no tanto tiempo, unos diez años digamos, todavía planteaban muchas dudas acerca de los efectos negativos que podía tener y mencionaban que si bien algunas mujeres lo podían llegar a hacer, se trataba de una práctica más bien masculina y preponderante de los adolescentes.
 
Es más, entre mujeres adultas era frecuente ver caras de sorpresa frente a la mención de la masturbación femenina y escuchar preguntas sobre si realmente había quienes lo hacían.
 
La percepción sobre el actualmente llamado autoerotismo ha cambiado y mucho, pero el proceso ha sido largo; y cómo no iba a serlo después de todos los temores e ideas negativas que han existido en torno a esta práctica durante siglos.
 
Aún hoy, si bien es mucho más frecuente encontrar actitudes más abiertas, la idea de que puede ser causa de homosexualidad, ser un obstáculo para tener una pareja, estimular un deseo desmedido en las mujeres o provocar disfunción eréctil continúan presentes.

Para evitar tentaciones, ¡toda la atención hacia ellas!
A lo largo de los siglos se intentaron toda clase de artilugios y métodos disuasivos para evitar que las personas estimularan sus genitales. Algunos de ellos bastante escandalizadores, pero otros, incluso hoy, siguen siendo costumbre, aunque con otras intenciones. 
 
Tal es el caso de la circuncisión en los varones, una práctica que empezó a popularizarse en Occidente como un medio para evitar que el roce del prepucio pudiera estimular al niño sexualmente e invitarlo a la masturbación.  
 
En el siglo 19 se recomendaba que los adolescentes mantuvieran una vigorosa actividad física durante el día para que, al ir a la cama, cayeran exhaustos y no tuvieran energías para masturbarse; pero por si acaso les quedara alguna intención, debían bañarse con agua fría antes de dormir y dejar las manos fuera de las sábanas, en algunos casos, vendadas. 
 
Y la verdad es que no hay que ir tan lejos en el tiempo pues, incluso en la actualidad, algunos profesores supervisan que los niños mantengan las manos fuera de los bolsillos para evitar cualquier contacto bajo la ropa.
 
Me imagino que esto último debe ser herencia de la antigua costumbre de poner pupitres que permitieran a los maestros tener bien supervisada la entrepierna de sus alumnos y darse cuenta de cualquier contacto, además de tener aditamentos en el mobiliario que impedían que juntaran las piernas.
 
Si a los niños no se les había ocurrido tocarse, ¡seguro que después de tanto intentar evitarlo pensaban en ello todo el día!
 
También se usaban aditamentos de metal con picos que presionaban el pene en cuanto se insinuaba una erección. Y en el caso de las mujeres, se pensaba que la masturbación podía provocar epilepsia y otros males, por lo que se llegaba a prescribir la extirpación del clítoris para tratarla.

Las ventajas
Desde que la masturbación empezó a verse en occidente como una práctica común y no nociva, se le han encontrado muchas ventajas.
 
Entre ellas están: que ayuda a disminuir el estrés, liberar la tensión sexual, ayuda a disminuir el dolor menstrual, es una experiencia sexual sin riesgo de embarazo ni transmisión de infecciones, ayuda a las personas a conocer su cuerpo, aprender a controlar la eyaculación y facilitar el orgasmo en las mujeres que tienen dificultades para ello, e incluso, se ha visto que puede ayudar a prevenir el cáncer de próstata.

Así que hoy, más que desventajas, los expertos subrayan los beneficios que puede tener. Eso sí, siempre y cuando la persona se sienta cómoda con la práctica, de otra manera, es muy probable que le quede una sensación de incomodidad.

*La autora es psicóloga experta en sexualidad. Comentarios: vihiri@gmail.com
Curiosidades
-Entre los antiguos aztecas se reprobaba la masturbación y se pensaba que los jóvenes que se iniciaban muy temprano dejaban de crecer, que el coito interrumpido, las poluciones nocturnas y el exceso de actividad sexual podían provocar la pérdida de energía vital o "tonalli".

-Para prevenir la masturbación, a fines de 1800 se recomendaba dar a los niños cereales fríos en lugar de calientes, además de evitar las comidas muy condimentadas.

Fuente: http://www.impre.com/salud/2009/12/21/masturbacion-mas-buena-que-mal-164854-1.html#commentsBlock

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