A sus 70 años, Concha Velasco representa una nueva generación de mujeres que, como ella, se mantienen activas en la madurez y ven en esta etapa más ventajas que inconvenientes gracias a la seguridad que sólo da el paso de los años.P. ¿Ha marcado la interpretación tu forma de ser?
R. Soy actriz y mi profesión me obliga a leer mucho y estar muy al tanto de lo que ocurre en el mundo. Los artistas somos personas muy frágiles que tenemos una cultura autodidacta importantísima porque nuestra profesión nos obliga. No es cierto lo de la farándula nocturna e irresponsable. Nosotros no somos así. Con las actrices la gente todavía es más pesada que con cualquier otra mujer. En mi caso concreto, últimamente me he vuelto una mujer muy fuerte y se pueden reír de mí muy poquito porque no lo consiento.
P. ¿Es la sociedad especialmente dura con las mujeres maduras?
R. Las mujeres siempre somos maltratadas en todos los sentidos, por desgracia. Los hombres siempre tienen anuncios en los que los creativos describen, por ejemplo, su impotencia con una mujer espectacular que les va a devolver su potencia sexual, no tienen almorranas, ni dentadura postiza, no tienen nada… ¡Son seres superiores!
P. Eres imagen de una gama de productos para la incontinencia urinaria. ¿Crees que las pérdidas de orina siguen siendo a día de hoy un tema tabú?
R. Sí, hasta el punto de que a mí, que soy la imagen de Indasec desde 2003, siempre me gastan bromas en las entrevistas. Además, las bromas vienen de hombres y de mujeres también, como si esto fuera objeto de risas constantes.
P. ¿Te resultó la menopausia una etapa difícil de asimilar?
R. Sí, tengo que reconocer que la llevé muy mal.
P. Y hoy en día, ¿cuáles son las ventajas de haber llegado a la madurez?
R. He salido ganando en que he sabido vivir cada momento de la vida como me ha correspondido como mujer y como persona. Hoy sé el momento que me toca vivir y no me gusta disfrazarme de niña pequeña, tampoco tengo por qué renunciar a la elegancia, el maquillaje o la peluquería… Es que no tengo que renunciar a nada. Soy más fuerte ahora y más segura de mí misma.
P. ¿Cómo te cuidas?
R. Cuido sobre todo la garganta y los pulmones. He dejado de fumar de un día para otro porque empezaba a tener una voz demasiado ronca que no me permitía interpretar personajes diferentes.
P. ¿Utilizas cremas?
R. Yo creo mucho en las cremas. Lo mejor para la piel es dormir ocho horas, pero eso es algo prácticamente imposible. Lo que sí hago es no acostarme nunca con la cara pintada. Me la lavo todas las noches y me doy unas cremas buenísimas que son muy caras.
P. ¿Sueles darte caprichos con la comida?
R. Sólo me doy algún capricho cuando no tengo función. Siempre intento evitar tener una mala digestión y no como entre función y función.
P. Tu profesión, ¿te ha dado salud o te la ha quitado?
R. Ser actriz me ha hecho ganar salud. Nosotros no podemos ser dependientes del alcohol o del tabaco porque corremos el riesgo de quedarnos afónicos y no podemos salir al escenario si no tenemos nuestras facultades físicas perfectas. Los camerinos son lugares tan sanos que casi todos los actores somos longevos.
R. Soy actriz y mi profesión me obliga a leer mucho y estar muy al tanto de lo que ocurre en el mundo. Los artistas somos personas muy frágiles que tenemos una cultura autodidacta importantísima porque nuestra profesión nos obliga. No es cierto lo de la farándula nocturna e irresponsable. Nosotros no somos así. Con las actrices la gente todavía es más pesada que con cualquier otra mujer. En mi caso concreto, últimamente me he vuelto una mujer muy fuerte y se pueden reír de mí muy poquito porque no lo consiento.
P. ¿Es la sociedad especialmente dura con las mujeres maduras?
R. Las mujeres siempre somos maltratadas en todos los sentidos, por desgracia. Los hombres siempre tienen anuncios en los que los creativos describen, por ejemplo, su impotencia con una mujer espectacular que les va a devolver su potencia sexual, no tienen almorranas, ni dentadura postiza, no tienen nada… ¡Son seres superiores!
P. Eres imagen de una gama de productos para la incontinencia urinaria. ¿Crees que las pérdidas de orina siguen siendo a día de hoy un tema tabú?
R. Sí, hasta el punto de que a mí, que soy la imagen de Indasec desde 2003, siempre me gastan bromas en las entrevistas. Además, las bromas vienen de hombres y de mujeres también, como si esto fuera objeto de risas constantes.
P. ¿Te resultó la menopausia una etapa difícil de asimilar?
R. Sí, tengo que reconocer que la llevé muy mal.
P. Y hoy en día, ¿cuáles son las ventajas de haber llegado a la madurez?
R. He salido ganando en que he sabido vivir cada momento de la vida como me ha correspondido como mujer y como persona. Hoy sé el momento que me toca vivir y no me gusta disfrazarme de niña pequeña, tampoco tengo por qué renunciar a la elegancia, el maquillaje o la peluquería… Es que no tengo que renunciar a nada. Soy más fuerte ahora y más segura de mí misma.
P. ¿Cómo te cuidas?
R. Cuido sobre todo la garganta y los pulmones. He dejado de fumar de un día para otro porque empezaba a tener una voz demasiado ronca que no me permitía interpretar personajes diferentes.
P. ¿Utilizas cremas?
R. Yo creo mucho en las cremas. Lo mejor para la piel es dormir ocho horas, pero eso es algo prácticamente imposible. Lo que sí hago es no acostarme nunca con la cara pintada. Me la lavo todas las noches y me doy unas cremas buenísimas que son muy caras.
P. ¿Sueles darte caprichos con la comida?
R. Sólo me doy algún capricho cuando no tengo función. Siempre intento evitar tener una mala digestión y no como entre función y función.
P. Tu profesión, ¿te ha dado salud o te la ha quitado?
R. Ser actriz me ha hecho ganar salud. Nosotros no podemos ser dependientes del alcohol o del tabaco porque corremos el riesgo de quedarnos afónicos y no podemos salir al escenario si no tenemos nuestras facultades físicas perfectas. Los camerinos son lugares tan sanos que casi todos los actores somos longevos.
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