dijous, 7 d’octubre del 2010

TRASTORNOS DE LA ALIMENTACIÓN Cuando la comida se transforma en obsesión Los expertos advierten de que detrás del 40% del sobrepeso podría estar un trastorno por atracón L. Barrera


A todos nos gusta tener una buena imagen física, pero ¿qué sucede cuando toda la seguridad y la autoestima de la persona se focalizan en eso? Es entonces cuando surgen los trastornos de la alimentación que, según apunta Raquel Linares, psicóloga especialista en trastornos de la alimentación del Centro ABB, no hay que olvidar que son trastornos mentales que hay que tratar como tales.

Aunque los más conocidos son la anorexia y la bulimia, la fijación por la imagen que existe en la sociedad actual hace que no sólo aumenten éstos, sino que surjan otros tantos. Se calcula que en España hay un 1-2 por ciento de la población que sufre anorexia, un 3-4 por ciento que padece bulimia y un 5-6 por ciento que experimentan el denominado trastorno por atracón. Este último, aunque reconocido por los manuales de psiquiatría, es uno de los más desconocidos a pesar de la importancia que tiene, ya que según apunta Linares podría estar detrás del 40 por ciento del sobrepeso. El perfil habitual es de una mujer madura que padece un alto grado de ansiedad que intenta suplir con ingestas desproporcionadas de comida. "Las pacientes han probado muchas dietas sin ningún éxito porque utilizan los atracones a nivel emocional como válvula de escape. Esa falta de cumplimiento de la dieta genera más ansiedad y sentimiento de fracaso y de nuevo se refugian en la comida", comenta la psicóloga, que puntualiza que es cuesta mucho diagnosticarlo porque a la hora del tratamiento no se tiene en cuenta el factor psicológico.



Diferentes personalidades

El perfil de la anorexia y bulimia está más focalizado en la adolescencia. Así, la primera de ella se trata de personalidades muy exigentes y perfeccionistas que son capaces de realizar sacrificios como dejar de comer. Detrás está la baja autoestima, la inseguridad y la dificultad para expresar las emociones. No obstante, sus manifestaciones físicas (pérdida excesiva de peso, falta de menstruación) son signos de alarma que denotan que existe un problema. No sucede lo mismo con la bulimia, que se produce en personas con una personalidad menos estricta, de ahí, que al tener hambre y ansiedad, tomen cantidades excesivas de comida, lo que les induce una culpabilidad que tienen que purgar con vómitos, laxantes o diuréticos. Su visibilidad es menor porque alternan comidas normales y la pérdida de peso no es tan significativa.

Anorexia, bulimia y alcohol es la peligrosa mezcla que implica la drunkorexia. Se trata de personas con problemas de anorexia que por su vida social toman alcohol, por lo que para compensar sus calorías dejan de comer. Esto produce un mayor efecto del alcohol y más tolerancia con el tiempo, lo que puede desembocar en alcoholismo. Además, es relativamente habitual que consuman otro tipo de drogas.

Otro de los trastornos de reciente aparición es la ortorexia, que consiste en la obsesión por la alimentación sana y biológica. "Son expertos en todos estos alimentos y lo llevan al extremo. Supervisan todo lo que comen por lo que dejan de hacer una vida normal y adoptan cada vez más rituales a la hora de alimentarse, por lo que acaban comiendo poco y perdiendo mucho peso", detalla Linares. El último de los trastornos es la vigorexia, un problema que se da más en hombres y que se centra en la obsesión por desarrollar los músculos. Son habituales de las salas fitness y acaban por perder su vida habitual cambiando totalmente su alimentación y consumiendo productos con el objetivo de aumentar el volumen muscular."Es muy difícil llegar a ellos porque habitualmente su entorno social está también metido en ello", corrobora.

Y es que el hecho de que estar delgado sea un valor hoy en día no ayuda a poner freno a estos trastornos. Es más, según la psicóloga, el factor de mimetismo en estos problemas es cada vez mayor. "En las clases medias altas empieza a considerarse como algo normal dentro de un mismo grupo de amigos, situaciones como vomitar dos veces por semana para no engordar lo consumido", alerta 

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