dimecres, 4 de maig del 2011

Un matrimonio frustrado Una historia real sobre el estigma de la pérdida de la virginidad antes del matrimonio

Perder la virginidad.
Los cabellos gruesos y azabaches arrancaban de su frente con inusitada fuerza y firmeza, perfectamente delineando con su frente pálida y decidida y caían sobre las espalda hasta la cintura ligeramente ondulados. Los lucía con orgullo de saberse belleza en estado puro con esa inconsciencia propia de la postadolescencia. Su figura era profundamente voluptuosa de generosas curvas. Era una de las bellezas amazigh más codiciada de la región y se decía que tenía novio, un novio popular y simpático que fumaba hachís y gustaba de correr con el coche. Se decía de el que era buen muchacho, que solo faltaba que rezara y se buscara un buen trabajo, y sobretodo que dejara de beber y fumar. También era muy hermoso, de ojos verdes claros y tez levemente morena, del color de la aceituna. Todo el mundo lo sabía. Los dos se querían.
Un buen día un inspector de policía poderoso habitante de una gran urbe fue a visitar estas hermosas montañas con su familia como acostumbraba hacer en verano, buscando el frescor y la dulzura de esos montes tan generosos, abiertos y regado por todo tipo de aguas y frutas y se cruzó con Nofisa, que es como se llama esta hermosura agreste, fiel reflejo de las montañas y bosques que la rodean cada mañana y la susurran al atardecer mientras se besa a hurtadillas con su amante. Nuestro inspector, como es natural, se admiró de la belleza de esta mujer soberbia y orgullosa en su ingenua seguridad de que la belleza no solo es suficiente, sino autosuficiente. Ella sabe en su fuero interno que no tiene posibilidades de prosperar con su amante y que tal vez este joven inspector la ofrezca algo que ha querido y ambicionado: joyas, una buena posición social y sobretodo estabilidad, así como desprenderse de la tutela de su padre, celoso de semejante niña.
El inspector entra en un estado de enamoramiento, ese lugar donde las pasiones son tan poderosas que son capaces de romper cualquier dictadura social por poderosa que sea y parezca. Decide casarse con ella en tan solo un día y ella decide casarse con el en tan solo un día. Preparativos, las fiestas y la conmoción que causó esta noticia en el pueblo fue inmenso, suministranto todo tipo de cotilleos y comentarios que emocionaban al los ciudadanos de estas montañas, en plena competencia con la mejor de las telenovelas que paralizan los pueblos y ciudades de la región. La boda sería allí. Corrieron grandes lujos, todos se hartaron a comer la mejor carne y fruta, se bailó durante 3 días, se recitó el sagrado corán, hubo todo tipo de encuentros y se formalizaron nuevos amoríos de bellas muchachas con bellos muchachos maravillosamente ataviados durante las celebraciones.
Finalmente despúes del tributo a los invitados, familiares y amigos llegó ese momento mágico para numerosos musulmanes y musulmanas: la noche en la que ambos se encuentran a solas despúes de las exuberantes y agotadoras celebraciones.
Pasaron unos días y la muchacha salió de la habitación conyugal insultando a su marido. El, según se rumoreaba, estaba enfurecido, pero decidió tramar un plan con su madre y hermanas para devolver a la chica a casa de sus padres, es decir para divorciarla. No la aceptaron. Todo el mundo sabe que no era virgen, supo de otro hombre y que su marido en un ejercicio infame de morbosidad y pornografía deseaba saber quién era y cómo sucedió.
Desgraciadamente, el amante de Nofisa moriría solo unos días despúes en un accidente de coche. La muchacha negaba las acusaciones y se defendía furiosamente de las acusaciones de fraude, sin embargo, nadie reparó que nuestro vigoroso inspector había mantenido relaciones sexuales  fuera del matrimonio, algo ciertamente prohibido en el islam, tanto a hombres como mujeres. Le recriminaban el por qué no había conversado antes con su marido del asunto. Algunas mujeres musulmanas que han perdido la virginidad antes del matrimonio con otro hombre parece ser que así lo hacen, no hay que olvidar que el esposo musulmán no es tan inhumano como los medios lo pintan.
Pues bien, tanto la madre de nuestro querido inspector así como sus dos hermanas instan a Nofisa a vestirse y salir a ver a su propia familia, ella quiere llevar sus joyas consigo pero la convencen para que no lo haga. Se dirigen a casa del padre y allí la entregan. Se dice (y no sé si es parte de la mitología) que el marido tuvo paciencia y quiso aguantar pero el carácter de la muchacha le parecía imposible.
Finalmente y en la actualidad Nofisa ha retornado a casa del padre, a casa de sus numerosas hermanas y anda vagando de aquí para allá. Espero, de corazón, que no caiga en la prostitución, salida fácil de algunas de estas muchachas con el estigma social de este supuesto fraude. Esto es una historia real que sucedió hace un año, una de tantas, supongo. ¿Quién se casará con ella?

Fuente:  http://www.webislam.com/?idt=10714

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