divendres, 8 de gener del 2010

Niños y niñas: ¿Diferentes desde la cuna?

¿Son más listas ellas y más nobles ellos? ¿Son más rebeldes los niños y más dóciles las niñas? ¿Hay algo de cierto en estos tópicos o se trata de estereotipos sexuales sin fundamento?

¿Es lícito generalizar sobre el comportamiento distintos de los niños y las niñas? ¿Cuáles son las diferencias innatas, congénitas, entre niñosy niñas?
Tienen órganos sexuales distintos y alguna diferencia mínima. Muchas veces un niño y una niña se parecen más entre sí que un niño con otro niño o una niña con otra niña.
  • Ciertas diferencias hormonales y cerebrales hacen que los varones sean algo más grandes, pesados y fuertes que las niñas. Además, tienden a movimientos corporales más amplios.
  • Las niñas suelen tener una mayor coordinación física y un desarrollo más precoz, sobre todo en el lenguaje. Se calman con más facilidad de sus rabietas y son algo más expresivas en los gestos y en el habla.

Pequeñas diferencias intelectuales

Algunas personas tenemos la edad suficiente para recordar, de nuestra infancia, otros tiempos en los que se afirmaba con naturalidad que los hombres eran superiores. Hoy los tiempos han cambiado, y no hay tertulia radiofónica en la que algún tertuliano "políticamente correcto" no suelte aquello de "claro, como las mujeres sois más inteligentes...", ante el asentimiento complacido de las aludidas. No se dan cuenta de que están creyéndose otra estupidez equivalente y simétrica a la que se mantenía hace años, sin datos reales que sustenten ninguna de las dos.
Las niñas, y más tarde las mujeres, son superiores en fluidez de lenguaje, lo que se relaciona con su más precoz aparición y desarrollo del habla, pero no son superiores en riqueza de vocabulario, ni encomprensión y razonamiento verbal, habilidades que incluso a veces sobresalen en los chicos.
Los niños tendrán mejor razonamiento aritmético, pero las niñas les superarán en cálculo numérico. Los varones destacan en el amplio campo de las aptitudes mecánicas y espaciales, así como en los grandes movimientos corporales (coordinación dinámica general).
Las mujeres les aventajan en destreza manual, con un mejor control de la muñeca y los dedos (motricidad fina); por eso las niñas aprenden a vestirse antes y mejor que los niños y les superan abrochando botones, haciendo nudos y, en general, en tareas que requieren destreza y rapidez con las manos. También son mejores en la percepción rápida de detalles y en tareas que requieren cambios frecuentes de atención, así como en ciertos tipos de memoria.

La influencia de las enseñanzas paternas

La investigación sobre las diferencias innatas entre niños y niñas se ha llevado hasta los laboratorios de psicología experimental. Sin ningún condicionamiento previo, los bebés varones en edad de gatear se dirigen espontáneamente hacia los cochecitos de juguete y les prestan más atención que las niñas. En cambio, ellas se dirigen más hacia los muñecos que los niños.
En otro laboratorio de comportamiento infantil se eligió a un grupo de jóvenes madres y se las hizo jugar con bebés desconocidos para ellas. Estas mujeres, a los bebés vestidos como niños les ofrecían herramientas de juguete y les animaban a portarse con energía. Por el contrario, a los bebés vestidos como niñas les ofrecían muñecas y las elogiaban por ser guapas. Y algo más: si el pequeño mostraba una conducta corporalmente vigorosa, las madres respondían con otra aún más vigorosa, pero solo si el bebé se les había presentado como niño.
Entonces, ¿hasta qué punto se puede afirmar que las diferentes preferencias que se apuntan en niñas y niños de un año de edad son de nacimiento? ¿No estarán, al menos en parte, reflejando los aprendizajes recibidos de sus padres ya desde que son bebés? Los investigadores así lo creen. Las ideas sobre masculinidad y feminidad guían la conducta de las madres con sus bebés de pocos meses de edad. El modo de comunicarse con ellos parece diseñado para preparar su entrada en el mundo equipados con los comportamientos y actitudes que se esperan para cada sexo.

El papel de papá

A los padres parece preocuparles incluso más que a las madres el que los niños se comporten del modo supuestamente adecuado a su sexo.
En general son más sociables, complacientes y afectuosos con las niñas, mientras que son más autoritarios y controladores con los varones y se ocupan más de los avances intelectuales de éstos.
Al ser más cariñosos y bondadosos con las hijas, los padres pueden estar limitando el desarrollo social y emocional de los varones. Y al preocuparse más del desarrollo intelectual de estos, están dándoles a las niñas el mensaje de que no se espera gran cosa de ellas en el plano intelectual.
Pero todas las personas combinan atributos masculinos o femeninos, por lo que hay que empezar a evitar con nuestros hijos los estereotipos de sexo cuanto antes:
  • Debemos comprar los juguetes sin prejuicios: muñecos para que los niños puedan jugar a ser padres si les place, y coches, balones... tanto para ellos como para ellas.
  • Dejar que tengan amiguitos de ambos sexos.
  • Vestirles con una amplia gama de colores, evitando la tradición del rosa y azul.
  • Hacer elogios no convencionales: "qué valiente eres" (a la niña), "qué amable eres" (al niño).

Por: Luciano Montero, psicólogo.

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